Dependerá de como se haya elaborado la fibra final y como se haya entrelazado la misma. La fibra se trenza en un telar que ira dando forma a la plancha de Carbono, según se va trenzando se le impregna la resina y posteriormente se le aplica presión para que tome la dureza necesaria. Una vez que tiene todas las láminas terminadas, pasa a la sección de corte. En ésta sección, se corta la fibra de carbono para cada parte del cuadro, no solo teniendo en cuenta el tamaño, también la dirección y orientación de las fibras ya que cada zona de la pieza necesita unas características mecánicas diferentes.
Una vez realizado todo el montaje y dependiendo del tipo de trenzado utilizado y pasadas todas las fases propias de la construcción del mismo, podemos decir que ahora aparecen los valores subjetivos en el proceso, aquellos que tienen que ver con el posicionamiento y valor de la marca. En este sentido normalmente se opta por multiplicar el coste por un 2.0 hasta un 2.7, dependiendo del nivel al que se quiera posicionar el producto. Obviamente aquí es donde determinadas marcas aprovechan su fama a nivel mundial para multiplicar por poco o por mucho el margen a su producto.
Bien, pero, ¿Cuánto vale un cuadro de gama alta? ¿es un robo pagar por un cuadro Pinarello Dogma 60.1? Creo que no, un cuadro Pinarello, es el único en el mercado con un trenzado de fibra de carbono de resistencia 60 tons. Y esto que significa... que el carbono tiene una resistencia a la tracción de 60 toneladas por centímetro cuadrado. Este carbono de calidad permite construir una línea de cuadros super ligeros y rígidos. El Dogma 60.1 es el primer cuadro racing completamente asimétrico. Las partes derechas tienen formas y secciones completamente diferentes a las partes izquierdas.
Ahora bien, si quitamos el carbono de 60 tons y ponemos un carbono de 5tons, quitamos el diseño exclusivo del cuadro de Pinarello y compramos los cuadros al fabricante directamente en China, tendremos un aceptable cuadro de carbono por un precio muy asequible (300 a 600 €), en el que influirá también de forma muy directa, la mano de obra.
Ahora viene la pregunta más peliaguda... a todo el mundo le parece escandaloso que un cuadro de carbono de alta gama cueste entre 2.500 y 4.500 euros, pero ¿por qué nadie se escandaliza cuando un cuadro es muy barato? No tengo respuesta para esto, pero a todos nos parece bien si algo que nos gusta y satisface, además es barato. En este momento no miramos tanto la calidad y fiabilidad del producto.
Todos tenemos un amigo que ante un piropo sobre su nueva bicicleta, contesta orgulloso "el cuadro me ha constado 500 € en China incluido el transporte hasta casa". De esos 500 € hay que obtener beneficio para el vendedor final, beneficio para el fabricante, transporte, aranceles... esta claro... alguien está cobrando poco en el camino.
El mundo de la bici, pertenece al régimen de la mercancía, así que se convierte en un fetiche: es decir, es algo a lo que le atribuimos un valor casi mágico, sin tener en cuenta su proceso de producción. Nos han acostumbrado a esperar la magia del resultado sin entretenernos en las condiciones tortuosas del proceso de producción. Un cuadro de 500 € no es rentable para todos los eslabones de la cadena, pero uno de 2.000 € euros tampoco tiene por qué serlo. La excelencia que teóricamente garantizan las grandes marcas no tiene porque ser siempre cierta. Las marcas de alta gama aseguran emplear materiales de primera calidad, tratarlos con las técnicas más precisas y producir los cuadros en sus fabricas, situadas en Europa o América, garantizando una fabricación manual y única con mano de obra bien pagada.
Lo que es cierto, es que no nos resulta tan difícil entender que alguien se gaste 2.000 € ó 4.000 € en un buen cuadro (Time, Pinarello, Colnago, Ridley, De Rosa, Willier, Specialized, Cannondale, Scott, BMC, Canyon, no hace falta que siga, verdad...). Las razones van mucho más allá que la fabricación del cuadro. El cuadro que adquirimos representa, el triunfo, la excelencia y, sobre todo, la exclusividad, así que no reparamos en gastos. Además, el cicloturista, es caprichoso por naturaleza.
Esta claro que algo se nos escapa cuando ni pagando mucho ni pagando poco, nos planteamos qué hay detrás de lo que llevamos bajo nuestro asiento. Ni cuando fardamos de pagar un precio irrisorio ni cuando lucimos marca, pensamos en la trastienda. La bicicleta es como la moda, es principalmente un símbolo: representa que estamos en el presente. Además representa y simboliza nuestra identidad de género, de edad, de clase, de estilo de vida.
Realmente... la realidad se explica con el ejemplo: una cuadro de carbono vale lo que alguien esté dispuesto a pagar por el.
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